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REALIDAD Y VIRTUALIDAD

En los tiempos que corren es harto difícil sustraerse a la influencia que en nuestras vidas proyectan las nuevas tecnologías y, de entre ellas, las redes sociales. La distinción entre realidad y virtualidad es cada día más confusa. Cuando el olcade herrante estudiaba en la facultad hace ya más tiempo del que su mente es capaz de asumir, aprendió lo que era la comunicación interpersonal como máximo exponente de la puesta en común entre dos personas de ideas, sentimientos, experiencias, etc. Según la teoría, es el nivel donde se produce la relación humana directa con mayor intensidad y es el más efectivo en la comunicación humana, básicamente porque la información que se proyecta y recibe utiliza tres canales o vías: verbal, vocal y visual, con lo que son necesarios los cinco sentidos (oído, vista, tacto, olfato y gusto) para captar la exactitud de la información y la retroalimentación que lleva implícita, consustancial a su propia naturaleza. Eso que se llama contextualizar lo que se dice o, mejor, se emite con destino a la otra persona. Estamos ante la comunicación auténtica, cara a cara, sin tapujos, sincera, desnuda, veraz. Y, por ello, desgraciadamente, la más infrecuente de todas.

La condición de rara avis que tiene este tipo de comunicación hace que en las ocasiones en que tiene lugar, uno de los interlocutores –o los dos- no capte/n todo el contenido de los mensajes que recibe/n. En ello tiene mucho que ver el miedo a ser descubierto, o a ser malinterpretado. Así, hay veces que las palabras trasladan un cuenta conmigo, mientras que la mirada está diciendo algo más. La suma de canales comunicativos da como resultado lo que realmente se pretende trasladar al otro. Pero la infrecuencia, el temor o el diferente nivel de expectativas con respecto a la otra persona, hacen que no se capte o no se quiera captar el mensaje en toda su dimensión. Ello, no obstante, no ha de ser un obstáculo para continuar practicando este tipo de comunicación. El miedo escénico no ha de retraer la nobleza del sentimiento sincero.

Lo que resulta cuasi obsceno, aunque entendible en razón de la peripecia personal de cada uno,  es pretender equiparar, e incluso sustituir, a la comunicación interpersonal por lo que podría llamarse comunicación virtual, la que se lleva a cabo a través de redes sociales o sistemas de comunicación por Internet. Es de una tremenda ingenuidad intentar usurpar lo auténtico por lo virtual, sobretodo si se dispone de una opción de realidad. El baño de realidad es el mejor remedio para encontrarse a uno mismo, conocer sus fortalezas y debilidades, confrontarlas con el otro, que también tiene sus propias fortalezas y fragilidades. Encontrar en la desnudez propia y en la del otro el sentido de la propia vida, de lo auténtico. Aunque los sentimientos no sean compartidos. Aunque cada uno busque en la otra persona cosas diferentes. Pero lo especialmente relevante no es eso, sino el hecho de que todo lo que se pone en común –sentido auténtico de la palabra comunicación- en la comunicación interpersonal  aparece trufado de autenticidad, sinceridad y honestidad, elementos que nos ayudan a ser mejores, primero con nosotros mismos y luego con los demás.

Lo virtual, si no tiene una continuidad real, es fatuo, no merece la pena derramar una lágrima ni tan siquiera desperdiciar un pensamiento por ello. Mientras el mundo sea mundo no habrá nada tan auténtico y veraz en el terreno de las relaciones humanas como una mirada limpia cruzada con una persona por la que se siente algo especial, tan indescifrable como evidente. Lo otro es pura ilusión.

Saludo

Dicen que el exceso de información produce ruido. En el polo contrario se encuentra esa otra frase algo cursi que recomienda estarse callado si no se puede mejorar el silencio. Pretendo que este sea mi blog más personal, por tanto que nadie espere una continua concatenación de reflexiones. Más bien escribiré algo aquí cuando sienta la necesidad de hacerlo, unas veces desde el corazón y el sentimiento y otras desde la razón y la lógica, aunque espero que ambos polos puedan estar presentes siempre en mis exposiciones. Poco a poco iré dándole forma al blog, no solo con mis escritos, sino también con enlaces y otras cosas.